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Falla la vigilancia nocturna en la playa
La inoperancia de la coordinación de vigilancia de la playa a cargo de la Secretaría de Desarrollo y Servicios Urbanos del Ayuntamiento de Rosarito mantiene la playa convertida en un verdadero desorden.
Mientras el problema crece con el incremento de caballos, excesivo mobiliario de playa en renta, viciosos pernoctando en la arena, animales sueltos y contaminación de la arena por fogatas, vidrios y clavos, las brigadas de la coordinación de vigilancia de la playa brillan por su ausencia.
Por las mañanas, es común ver la playa con mucha basura por doquier, desde vidrios, botellas de plástico, bolsas y restos de fogatas, hasta excrementos de animales y humanos.
El coordinador del Fondo ZOFEMAT Luis Felipe Figuereo defendió la labor de su equipo de trabajo y aclaró que su función se limita a la conservación y limpieza de la playa, puesto que la vigilancia pasó a manos del Ayuntamiento desde el principio de la presente administración.
Además, dijo que su equipo de trabajo tiene un horario que comienza a partir de las 7 de la mañana.
Desde esa hora asume su responsabilidad de limpiar la playa, pero no están ajenos a sufrir un “madruguete” de personas que tomen fotos antes de esa hora con la playa con mucha basura.
“Los muchachos tienen un horario durante el día. No pueden estar las 24 horas en la playa”, expuso.
Cabe señalar que, desde el inicio de la administración de Araceli Brown Figueredo, la coordinación de vigilancia de la playa pasó a manos del Secretario de Desarrollo y Servicios Urbanos Enrique Diaz Pérez, lo que trajo como resultado un desorden que se ha venido incrementando, debido a la inoperancia de esta coordinación.
Sin bien en sus propias reglas de operación establecen los recorridos y la vigilancia nocturna para supervisar el cumplimiento del reglamento de playa, la realidad es que no hay vigilancia en la noche, de ahí que por las mañanas la playa luce con mucha basura y son las brigadas del Fondo ZOFEMAT las encargadas de comenzar a limpiar, siendo un esfuerzo titánico y en el que el apoyo de los comerciantes y renteros de la playa, es prácticamente nulo, según comentaron prestadores de servicios turísticos.