Policiaca
Asesinan a invasor adicto a las drogas
Por Juan Pablo Sebastián
El dolor de cabeza de los vecinos de la calle Mar Mediterráneo de la zona centro terminó de una manera trágica.
Su vecino conflictivo y adicto a las drogas Cesar Correa Olivares fue presuntamente asesinado la tarde del miércoles 7 de noviembre en el domicilio que había invadido desde hace varios años, propiedad de la familia de la señora Ruth Rocha.
El principal sospechoso es su última pareja sentimental con quien lo vieron llegar al domicilio a bordo del vehículo del occiso, un Mini Cooper color azul, modelo reciente.
De acuerdo con testimonios de inquilinos, a quienes Correa les rentaba cuartos y mini trailas que había acondicionado en el predio, la pareja llegó al domicilio alrededor de las 2 de la tarde y se encerró en el cuarto del invasor.
Posteriormente, percibieron un fuerte a olor a marihuana que salía del interior y comenzaron a escuchar gemidos.
Debido a que el occiso constantemente llegaba con hombres adictos, por razones de su orientación homosexual, los inquilinos pensaron que solo estaban divirtiéndose y fumando marihuana.
Después escucharon un golpe más fuerte y casi inmediatamente vieron salir a la pareja de la víctima y retirarse del lugar a bordo del Mini Cooper.
Un inquilino siguió escuchando los gemidos, pero justificando respeto a su vida privada no se asomó al cuarto, hasta horas después que vio que no salía.
Fue entonces que a través del reflejo en un espejo, se percató que Cesar estaba tirado en el suelo, por lo que llamó inmediatamente a la Policía, pero cuando las autoridades llegaron, la víctima ya no tenía signos vitales.
El cuerpo tenía un trapo en la boca y las primeras versiones indicaron que fue apuñalado.
Cabe mencionar que la reputación del occiso entre los vecinos no era muy buena. De hecho, hace algunos años muchos de ellos se organizaron y recabaron firmas para pedir a las autoridades sacarlo del lugar debido a los problemas y a la inseguridad que estaba provocando por su comportamiento y su adicción a las drogas, toda vez que en el domicilio estableció una especie de albergue al que llamó Milagros del Mar para dar acogida a los indigentes, pero posteriormente comenzó a cobrar rentas de hasta 2,400 pesos mensuales.