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Todo adulto debe cuidar su presión arterial: IMSS
Un infarto de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral pueden ser las consecuencias más serias de la hipertensión arterial de no ser tratada debidamente.
El doctor Fortino Farwell Guerrero del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó que este padecimiento aumenta la presión arterial de forma crónica y las primeras consecuencias las sufren las arterias que se endurecen, se hacen más gruesas dificultando el paso de sangre, lo que deriva en arterosclerosis.
El principal riesgo de la hipertensión arterial es el infarto de miocardio y los pacientes que no reciben tratamiento tienen 10 veces más riesgo de morir de infarto que un individuo con tensión normal.
Existe la posibilidad de que sea una enfermedad hereditaria, ya que cuando los padres o uno de ellos son hipertensos, las posibilidades de desarrollarla son el doble que las de otras personas sin antecedentes familiares.
Otros factores son malos hábitos alimenticios, obesidad, sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un estilo de vida sedentario.
El doctor Guerrero advirtió que el sobrepeso es uno de los factores que más predisponen a las personas a tener hipertensión arterial. A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres.
Por su parte, los hombres tienen más predisposición a desarrollarla que las mujeres hasta que éstas llegan a la menopausia. A partir de esta etapa la frecuencia en ambos sexos se iguala. Sin embargo, en las mujeres jóvenes existe un riesgo especial cuando toman píldoras anticonceptivas.
La única manera de detectar la hipertensión en sus inicios es con revisiones periódicas, ya que la mayoría de los pacientes vive con la presión arterial elevada durante años sin saberlo. El diagnóstico se puede realizar a través de los antecedentes familiares y personales, una exploración física y otras pruebas complementarias.
En la mayoría de los casos este padecimiento no tiene cura, pero es controlable con la ayuda de su médico quien determina el tratamiento adecuado y la duración del mismo.
Finalmente aconsejó a los pacientes evitar el sobrepeso, reducir el consumo de sal, consumir menos productos procesados y en conserva, reducir o evitar la ingesta de alcohol, así como realizar actividades físicas.