Rosarito
Que futuro tiene la zona Rosarito
Por Juan Pablo Sebastián
Consideran casi un fracaso hasta ahorita empresarios turísticos el proyecto de la Zona Rosarito y su respectivo reglamento, pues a ocho años de iniciar las primeras obras de lo que en teoría sería un plan de desarrollo turístico-urbano ordenado de la zona Barbachano, se ha convertido en un verdadero desorden.
Mientras el Reglamento del llamado Programa Parcial de Mejoramiento Urbano del Distrito Turístico y de Comercio “Zona Rosarito” sencillamente no se cumple, el Comité de Mejoras para la Reactivación Económica del Sector (COMERES), creado como instrumento de consulta para llevar a cabo los objetivos planteados, parece soslayar aquellas funciones importantes de regulación y ordenamiento que no se dan.
Haciendo algo de historia, el proyecto de la Zona Rosarito comenzó durante la administración en el IV Ayuntamiento y las obras correspondientes a la primera fase se llevaron a cabo con el gobierno de Javier Robles Aguirre en el V Ayuntamiento.
En resumen, se trataba de un proyecto de renovación urbana, reactivación económica e integración social, toda vez que pretendía promover proyectos para el desarrollo armonioso entre el sector comercial turístico y los residentes.
En su momento, las autoridades lo dieron a conocer como un “plan de mejoramiento urbano en el corazón del centro histórico de Playas de Rosarito, donde se implementarían acciones de reconstrucción de vialidades, dotación de servicios, redensificación y desarrollos de usos mixtos, para reactivar económicamente la zona y ofrecer mayores atractivos al turismo y a la ciudadanía en general”.
Además de centros nocturnos, el proyecto promovía la instalación de negocios con giros enfocados a la diversificación turística, entre ellos galerías de arte, curios y otros más.
“Los primeros fondos fueron autorizados por la Secretaría de Turismo del Estado y la Secretaria de Turismo Federal. Desde un principio quedaron condicionados a que los fondos no solamente fueran utilizados en banquetas, sino en proyectos de ordenamiento, pues no tenía caso poner banquetas muy bonitas si no se daba seguimiento al control de los servidores turísticos y se permitía que siguiera el desorden”, sostuvo el también creador del Comité de Imagen de Baja California.
Fue durante el gobierno de Silvano Abarca Macklis cuando bajo la coordinación de Raúl Serafín Aragón Castro como Director del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN), se creó y aprobó por Cabildo el Reglamento de la Zona Rosarito, evidentemente, sin la menor intención de cumplirlo.
“Se empezaron a permitir actividades que estaban prohibidas, por ejemplo, la apertura de licorerías las 24 horas, el abuso de los antros en cuanto a los decibeles de sus aparatos de sonido o la operación de discotecas hasta las 6 de la mañana. Vino también un desorden en el comercio, al permitir la venta y el consumo de alcohol en la vía pública”, sostuvieron hoteleros.
El desorden en la zona Rosarito llegó a su máximo esplendor con el actual gobierno de Mirna Rincón Vargas, al grado que ella misma se sorprendió cuando al hacer un recorrido nocturno por la zona Barbachano, constató que la zona Rosarito está convertida en un completo desorden.
Por el lado de la playa, señalan que las autoridades tampoco han podido poner orden en cuanto a la proliferación de fogatas y el ingreso de bebidas en envases de vidrio, que provocan una contaminación difícil de erradicar.
“Vemos que hay una proliferación de fogatas por las noches, hay muchas personas que llevan a vender tablas con clavos que luego se quedan en la playa. Vemos también mucho consumo de cerveza en botellas de vidrio, que luego se rompen y lo que está pasando es que la arena se ha echado a perder por todos estos contaminantes. También existe el problema de la venta y consumo de marihuana en la playa y vemos que la Policía está presente pero no actúa, posiblemente tenga orden de no actuar, pero la verdad es que no representa un respaldo para poner orden en la playa”, señaló.
“Realmente no han entendido el problema. Se la pasan echándole porras al COMERES porque quieren lograr más presupuesto para hacer más banquetas, pero nunca se han dedicado a corregir las funciones de ordenamiento y control de la zona. Le fallaron al gobierno municipal obviamente, no todo es culpa de la alcaldesa, aunque es la principal responsable del gobierno municipal, pero, ¿dónde están el Secretario de Gobierno, el Síndico y todos los demás funcionarios que deben supervisar tanto el actuar de las autoridades, como la revisión de permisos de alcoholes y que no cualquiera se ponga a vender alcohol en la vía pública sin permiso? ¿Quién va a rescatar la Zona Rosarito?.
Al respecto, el Director del IMPLAN, Raúl Serafín Aragón Castro, se reservó su derecho a emitir una opinión.
Otros temas que atender son el exceso de motos en la playa así como de Caballos.