Rosarito
DESCENTRALIZACION Y DEMOCRACIA IDEAS DEL MOVIMIENTO MUNICIPALIZADOR
Con motivo de la celebración del XXIV aniversario de la municipalización de Playas de Rosarito, reproducimos este artículo que se publicó el 7 de julio de 1995, en un suplemento especial del semanario Ecos de Rosarito, con motivo de la aprobación del dictamen para crear el Quinto Municipio en el Congreso del Estado el 29 de junio de 1995.
Por Ernesto Calvillo Ureña
El C.P. Hugo Torres Chabert, de la comisión de estudios financieros del Comité Pro-Municipio, expuso la historia de Rosarito y la lucha por la municipalización en el Foro de Análisis “El Compromiso con el Municipio Libre”, al que asistieron miembros del Comité Pro-Municipio, así como un numeroso grupo de invitados, entre ellos Héctor Terán Terán, el lunes 26 de junio a las 18:00 horas.
Ante invitados y representantes del Comité Pro-Municipio, Hugo Torres expresó: “En estos momentos coincide la posición del gobierno con amplios sectores de la población, en la necesidad de dar vigencia a un verdadero federalismo; que permita el fortalecimiento de los estados que descentralice funciones y acciones de gobierno e incremente las participaciones fiscales a las entidades federativas. Otorgar recursos fiscales a los municipios para que sean autosuficientes.
Dar vigencia al artículo 115 Constitucional por una parte, y por otra, hacer posible el surgimiento y consolidación de polos de Desarrollo Regional.
Si esto queremos para México, en este foro debemos señalar que también eso deseamos para Baja California, para sus actuales municipios y para Rosarito como un nuevo municipio libre.
Estas ideas son el origen del movimiento del Comité Pro-Municipio de Rosarito que se inició hace más de 12 años.
La Delegación de Rosarito abarca un territorio que va desde San Antonio del Mar al norte, hasta la Misión al sur y desde el Océano Pacifico al oeste, hasta aproximadamente unos 10 kilómetros hacia el este; es una región cuyos habitantes están identificados entre si desde épocas remotas.
Históricamente es conocido que desde hace más de 400 años los indígenas Kumiai se asentaban aquí durante el verano, para alimentarse de peces y mariscos a la orilla del mar.
En 1825 se fundó en esta región uno de los primeros grandes ranchos, mucho antes de la fundación de lo que es hoy Tijuana y Ensenada; en 1827 a Don Manuel Machado le fue otorgado por el entonces Gobernador un predio de 19 mil hectáreas, que primero se conoció como el Rosarito y luego como “Rancho El Rosarito”, que abarca desde San Antonio del Mar hasta Popotla y del mar hasta el cerro de la “Mesa Redonda”
Este lugar es ahora el principal asentamiento de la población de Playas de Rosarito.
En esta etapa, la jurisdicción administrativa de esta zona dependía de san Diego, cuando todavía ese territorio pertenecía a México. Después la administración pasó a Real del Castillo y luego a Ensenada.
Desde entonces ya hacía falta una administración municipal más cercana, que atendiera las necesidades de la población asentada aquí; sin embargo lo reducido de la población no ameritaba tal cosa.
A partir de los años 20’s, con la formación de dos desarrollos turísticos que tienen gran éxito y atraen a personas del interior del país en busca de empleo, empieza el crecimiento de la población y el incremento del turismo.
En 1938 se forma el Ejido Mazatlán y se incrementan los habitantes que vienen a establecerse a esta región, en varias actividades y principalmente en el ramo turístico.
La administración aun dependía de Ensenada, pero ya empezaba a notarse la necesidad de una administración oficial más cercana; para administrarse, organizarse y promoverse.
Al establecerse la administración en Tijuana, se le sigue tratando desde lejos a Rosarito, sin prestarle atención a las necesidades particulares de la población, que ya requería su propia reglamentación derivada de su desarrollo.
DESDE 1953 NO SE TOMO EN CUENTA A ROSARITO
Cuando se constituye el Estado Libre y Soberano de Baja California, se forman cuatro municipios, y a pesar de ser similares en condiciones de crecimiento entre Tecate y Rosarito, no se le toma en cuenta para constituir un municipio independiente.
Si así hubiera sido, con su propio esfuerzo y organización, en la actualidad ya sería un polo de desarrollo regional.
Rosarito tuvo que enfrentar la problemática derivada de su peculiar desarrollo turístico, ganadero y agrícola, sin contar con una organización jurídica y administrativa propia, alejados de la cabecera municipal, no solo por la distancia, sino por el diferente modo de pensar y la falta de atención para promover a esta región.
No se hacían obras y había escasos servicios.
El alcalde de Tijuana, nombró Delegado en Rosarito a René Ortiz Campoy, conocido empresario de la localidad, que ante el abandono de las autoridades municipales de Tijuana, acude a sus amigos, comerciantes y empresario de Rosarito, para obtener recursos y construir el edificio para la delegación municipal y el parque público, en terrenos donados por el Ejido Mazatlán en 1964.
El terreno para el parque, tiene ahora el edificio de la delegación que fue construido por el Club de Leones de Rosarito; la biblioteca y Casa de la Cultura que fueron construidos por el Comité Cívico de Ciudadanos.
Como se ve, todas las instalaciones de la administración pública fueron aportadas por la comunidad; el Ejido Mazatlán, los empresarios, comerciantes y ciudadanos rosaritenses.
Desde esa época, sin pensarlo, la ciudadanía rosaritense empezó a sentar las bases para tener su administración municipal propia.
LAS AGRESIONES FOMENTARON LA SOLIDARIDAD SOCIAL
Con el paso del tiempo la actividad económica y social fue desarrollándose, hasta llegar a la década de los 60’s y 70’s, cuando se construyó la autopista y hay un impulso más fuerte al crecimiento.
De nuevo la promoción, el crecimiento, la organización la hacen los propios ciudadanos rosaritenses.
En 1981 el Gobierno Federal desconoce todo título de propiedad, en la parte central de lo que es Rosarito, y expropia para entregar títulos a quien a su juicio resulte propietario.
Desconocen los registros públicos de la propiedad de Baja California, los títulos originales y las transacciones derivados de ellos.
El hecho causa una gran alarma y descontento entre la población que aprovecha la experiencia en organizarse para hacer sus propias obras, y ahora se unifica, se organiza y sale a la calle a defenderse de esta agresión que sufre la comunidad.
Después de casi un año de lucha contra un decreto expropiación injusto y arbitrario, logran convencer el presidente entrante Miguel de la Madrid, de la necesidad de derogarlo; lo que ocurre en abril de 1982.
Esa intranquilidad provocada por el Gobierno Federal de 1981, perjudico a la población, pero logro unificar a los diferentes sectores y les dio un sentido de solidaridad. Fue evidente la falta de apoyo de la autoridad municipal de Tijuana.
EN 1983 CREARON EL COMITÉ PRO-MUNICIPIO
En 1982 se percataron los rosaritense de la falta de servicios provocada por el ayuntamiento de Tijuana, que se quedaba con el 90 por ciento de los impuestos recaudados aquí, regresando un bajo por ciento de las obras y servicios, por lo que decidieron luchar por la autoadministración de un municipio propio, creando el comité Pro-Municipio de Rosarito, A.C., el 2 de marzo de 1983, destacando en su fundación, entre otros, Lic. Rafael Castillo Castro, Sr. Sergio Brown Higuera, Prof. Miguel Jiménez, Lic. Jose Luis Ibarra, Jesus Perdomo, Ing. Bernardo Rempening, etc.
En ese comité se integraron empresarios, comerciantes, profesores, ejidatarios, empleados y profesionistas, buscando el beneficio de la comunidad integrando un municipio libre, para decir en los asuntos trascendentales, como la defensa de la propiedad, la necesidad de promoción turística, de promover la creación de fuentes de empleo, crear servicios públicos y promover la planeación del desarrollo integral de la región.
Nuevamente tuvimos que defender la propiedad de nuestras tierras en 1992 y 1993 contra empleados de la Secretaria de la Reforma Agraria de tercer nivel que mediante el nombre de la deslindadora de terrenos nacionales querían desconocer el título de propiedad de los Machado que dio origen no sólo a la creación del Ejido Mazatlán (Ya que de ahí se expropió éste) sino a toda la ciudad de Rosarito.
No hubo interés en ayudarnos de los ayuntamientos de Tijuana. Fue gracias a la intervención del Gobernador del Estado y del presidente de la Suprema Corte de Justicia Lic. Ulises Schmill Ordoñez que pudimos defendernos de este nuevo atentado.
UNA LUCHA APARTIDISTA Y PLURAL
El Comité se formó al margen de partidos políticos, es decir, es por definición apartidista, aunque su finalidad es política, porque busca la organización autónoma de la sociedad rosaritense en un municipio libre, tarea en la que se ha perseverado durante 12 años y cuatro meses, conciudadanos que pertenecen a diferentes partidos políticos y otros que son apolíticos.
La lucha por el Quinto Municipio nos ha llevado a tratar con cuatro gobernadores, con cinco presidentes municipales y con cuatro legislaturas.
Dos veces nos han cambiado la ley; en la primera estableciendo un candado político a la municipalización, y en la segunda ocasión quitándolo, pero con la condición de que se reiniciara todo el proceso.
Por eso desde 1988, cuando se presentó por primera vez la iniciativa ante el Congreso, hemos tenido que actualizarla tres veces y reiniciarla una vez más con motivo del último cambio de la ley.
El Congreso del Estado se ha convencido ya de la necesidad y conveniencia de que Rosarito se transforme en un municipio, en beneficio de sus habitantes y del desarrollo económico y social del Estado.
Esta municipalización no perjudica realmente a Tijuana, porque el ingreso per cápita es muy similar en ambos lugares y el territorio realmente no se le segrega a nadie, pues es un asunto de jurisdicción y administración (los terrenos y propiedades son de los ciudadanos o instituciones) y únicamente se convertirá en un municipio el territorio que los rosaritenses hemos ocupado desde el siglo pasado.
El territorio propuesto para el municipio de Rosarito ya fue definido como el que ocupa la Delegación y el área de influencia, separando una porción contemplada dentro del Plan de Desarrollo del municipio de Tijuana.
La autosuficiencia económica de la Delegación ya fue demostrada, mediante estudios financieros del Comité, de la Comisión de administración y Hacienda del Congreso del Estado y por el mismo Ayuntamiento de Tijuana.
El requisito de la población también se cumple holgadamente y ya se demostró la identidad propia, la cohesión social, la voluntad y capacidad para auto administrarnos.
También hemos comprobado la necesidad de integrarnos al desarrollo regional como un municipio libre; dentro de una identidad federativa soberana, en un país en donde se pone en vigencia un nuevo federalismo, que deberá fortalecer al municipio con mayores recursos.
EL INTERES DE LA MAYORIA POR ENCIMA DE MURMURACIONES
Cabe aclarar que ningún miembro del Comité persigue fines políticos o personalistas; queremos integrarnos en un municipio para decidir nuestro futuro, para promover nuestras actividades económicas, satisfacer las necesidades de servicios y, en general, para contribuir al desarrollo de todos los aspectos de la comunidad y de Baja California.
Consideramos que esta es la mejor manera de hacerlo y que en cierto modo, es el resultado y el reconocimiento de lo que empezó allá en 1825.
A través de los años el Comité y algunos de sus integrantes han recibido ataques, calumnias e infundios, de quienes por cuestiones personales, partidistas o económicas son contrarios a nuestros propósitos; no obstante hemos perseverado en poner por encima de todo, los intereses de la mayoría de los rosaritenses.
La comunidad así lo ha entendido, prueba de ello es que la voluntad de la mayoría se expresó en el plebiscito de marzo del 94’, cuando el 94 por ciento de todos los votantes que acudieron a participar (que fueron el 77 por ciento de los empadronados) dijeron que Si a la creación del Quinto Municipio, convencidos de que esa es la mejor manera de organizar a nuestro desarrollo económico, político y social.
Esa aprobación de las mayorías rosaritenses respalda los perseverantes esfuerzos de este Comité y el tesón de sus miembros; al mismo tiempo que descalifica la cobardía de los autores de murmuraciones e insidias.
Muchas gracias por esta oportunidad de exponer lo que queremos que sea el municipio libre de Rosarito, y el por qué de nuestro interés a través de tanto tiempo para afianzarnos, no claudicar nunca y seguir adelante en todo momento.”
