Rosarito
Arrojó el mar cuerpo de niño ahogado en playa El Bebé
Por Juan Pablo Sebastián
La búsqueda terminó. Después de 12 días de angustia para los familiares, el cuerpo del niño ahogado en la playa El Bebé junto con otra menor, finalmente fue arrojado por el mar en la playa San Antonio del Mar el jueves 12 de abril.
Para las autoridades de bomberos este hecho representó una lección a los padres de familia para que cuiden a sus hijos cuando van a la playa y eviten las zonas de riesgo.
“Aquí el mensaje a los padres es para que cuiden a sus hijos. Es responsabilidad de ellos prevenir las muertes en el mar. El Gobierno no puede poner un salvavidas por cada niño en la playa, es imposible”, sostuvo Crescencio Michelle Castañeda.
Debido a que el cuerpo estaba irreconocible, personal de la Procuraduría General de Justicia solo permitió a las autoridades de bomberos tomar una foto de la ropa del menor, que aun traía puesta, para enviársela vía electrónica a los padres de familia para su respectiva identificación.
Abatidos por la pérdida, los padres confirmaron la noticia y acudieron al lugar de los hechos para atestiguar el proceso de levantamiento del cuerpo de su hijo Erick Ochoa, de 9 años de edad.
La madre rompió en llanto al no poder soportar el largo sufrimiento, mientras que el padre Gilberto Ochoa, de oficio chofer de transporte público de Tijuana, se reconfortó al ver el enorme apoyo de las autoridades de Rosarito y Tijuana, activistas, grupos de rescate, así como de sus compañeros choferes que armaron una red de búsqueda por varios días, coordinada por Polo Bejarano, chofer de Tijuana.
Por parte de Rosarito, la búsqueda ciudadana fue encabezada por Crescencio Michelle Castañeda.
De acuerdo con autoridades de bomberos, un guardia de seguridad de los fraccionamientos en San Antonio del Mar, perteneciente a Tijuana, fue quien halló el cuerpo del niño tirado en la playa alrededor de las 9:50 de la mañana del jueves 12 de abril, reportando inmediatamente a las autoridades.
Al lugar llegaron los cuerpos de bomberos de Rosarito y Tijuana, salvavidas y personal de la PGJE.