Rosarito
Presas del vandalismo y robos, viven vecinos de la calle camino viejo a PEMEX
Por Juan Pablo Sebastián
Asolados por ladrones, viciosos e indigentes viven vecinos de la calle Camino viejo a PEMEX de la colonia Miramar.
En los últimos años han sido víctimas del incremento de actos vandálicos, robos y contaminación de la playa, lo que para ellos representa una amenaza a la tranquilidad que durante muchos años gozaron.
Los afectados pidieron a la alcaldesa Araceli Brown Figueredo escuchar la situación de inseguridad que se presenta en esta colonia y atenderla, “nos da mucha tristeza ver que Rosarito se está convirtiendo en una ciudad peligrosa, sucia y donde no se ve el gobierno poniendo orden”, acusaron.
Las familias nativas de la colonia ven con tristeza cómo la inseguridad está ganando la batalla, obligándolas a cambiar sus estilos de vida para adoptar medidas de prevención extremas o incluso dejar de realizar actividades que anteriormente hacían sin mayor riesgo.
Salir a la playa a caminar a cualquier hora, realizar deporte al aire libre o jugar en la calle en el caso de los niños, son actividades que ya no se miran con regularidad en los últimos años, debido al miedo con el que viven las familias de la zona.
“A todas las casas han robado, se llevan hasta los botes de la basura y todo lo que pueden, en algunas casas se han metido a robar varias veces”, declaró una vecina del lugar.
La peor desilusión de los vecinos ante esta problemática es la actuación de las autoridades policiacas municipales, luego de un hecho que sucedió domingo 25 de julio.
Ese día los mismos vecinos persiguieron y apoyaron en la detención a una mujer que realizó actos vandálicos en la colonia, misma que curiosamente fue dejada en libertad casi inmediatamente, sin responder por los daños, lo que dejó a los vecinos con un amargo sabor de boca y la sensación de impotencia.
De acuerdo con los afectados, a plena luz del día sorprendieron a la mujer “graffiteando” y bajando las pastillas de los centros de carga de las viviendas, dejándolas sin energía eléctrica.
Además ocasionó daños a jardineras y plantas.
Se trata de una joven embarazada malviviente a la que conocen como Blanca Lilia.
Los vecinos se organizaron para seguirla y tratar de asegurarla para entregarla a la Policía Municipal, pero una vez que la patrulla llegó, la joven se entregó y se subió a la unidad.
Los agentes la trasladaron a las instalaciones de seguridad pública y pidieron a los vecinos acudir al día siguiente a poner la denuncia para que recibiera un castigo mayor, pero cuando estos llegaron, la mujer ya no estaba en las celdas de la Policía Municipal.
Esta actuación dejó a los vecinos una mala imagen de la policía municipal, de complicidad con los ladrones o en el mejor de los casos, de negligencia.
Señalaron que tenían todos los elementos para procesarla porque fue detenida en flagrancia, pero nunca imaginaron que tan rápido como la detuvieron, la dejarían libre sin explicación alguna.