Rosarito
Negocios luchan por sobrevivir a la crisis del coronavirus y la inseguridad

Por Juan Pablo Sebastián
Con todo y restricciones sanitarias, comercios no esenciales de Rosarito luchan por sobrevivir a la crisis.
Tras cinco semanas de confinamiento, la crisis económica comienza a pegar fuerte en los ingresos de los negocios de la localidad, sobre todo en aquellos que pagan renta y empleados.
Los propietarios han optado por agotar sus últimos recursos para mantenerse abiertos, a costa incluso de arriesgarse a una sanción de las autoridades de salud y laborales.
En el Pabellón Rosarito se observan algunos negocios no esenciales que se resisten a cerrar sus puertas, estableciendo nuevas estrategias para recibir clientes de manera discreta o incluso ofreciendo descuentos atractivos en compras de auto servicio.
Estéticas y peluquerías han implementado servicio de citas, mientras que otros negocios de ventas de artículos diversos y accesorios disfrazan su giro añadiendo productos de prevención del coronavirus, entre gel desinfectante, cubre bocas y otros artículos de limpieza y médicos.
“Es la única manera de seguir abiertos y no cerrar. Si cerramos va a ser muy difícil volver a levantarnos”, dijo un comerciante del Pabellón Rosarito.
Los restaurantes siguen abiertos pero únicamente con el servicio para llevar, mientras que los supermercados y aquellos que prestan servicios financieros permanecen trabajando pero con largas filas todos los días.
En la periferia, negocios no esenciales como talleres diversos, peluquerías y estéticas permanecen abiertos casi todo el día, pues para los propietarios es imposible mantenerse en casa sin generar ingresos.
“Lo poco que tenía ya se me acabó. Hace una semana me dieron una despensa pero ya no tenemos comida en la casa, tenemos que abrir el negocio para comer”, dijo Paty, comerciante de la colonia Constitución.
Por si fuera poco con la crisis de salud y el confinamiento, los comercios sufren también la inseguridad, pues los ladrones están aprovechando que muchos permanecen cerrados para robarlos, lo que complica más la situación económica de los pequeños comerciantes.