Rosarito
Jefe policiaco y burócrata del Ayuntamiento sufren sobredosis de “china white”
En total hermetismo circuló la noticia de una presunta sobredosis que sufrió el Comandante General de la Policía Municipal (03) cuando se encontraba con su suegro quien murió en el lugar y otro sujeto que también fue hospitalizado.
El occiso Eduardo “N”, de 48 años de edad, era empleado sindicalizado del Ayuntamiento asignado al área de parques y jardines de la Dirección de Obras Públicas.
Según fuentes en el Ayuntamiento, estaba por tramitar su jubilación para retirarse.
En tanto que las autoridades policiacas ocultaron el hecho, entre la tropa no causó sorpresa la noticia del consumo de drogas por parte del agente, lo que nuevamente pone en entredicho los exámenes antidoping que se aplican a los agentes para mantenerse en la corporación.
En el reporte policiaco elaborado por los oficiales Francisco Javier y David Alejandro solo plasmaron que alrededor de las 6:14 de la tarde del 10 de agosto, acudieron a la Cruz Roja por un reporte de una persona sin vida, pero no indicaron que había sufrido una sobredosis de droga y que estaba acompañado de otras dos personas más, uno de ellos policía que andaba de civil.
De acuerdo con personal médico de la Cruz Roja, los tres hombres llegaron por sus propios medios en carros diferentes a solicitar atención médica, pero solamente dos lograron salvar sus vidas, pues el tercero Eduardo “N” prácticamente llegó sin vida y no respondió a las prácticas de reanimación, muriendo por un paro cardiaco.
Su yerno, el agente policiaco, fue trasladado a la clínica del ISSSTECALI en Tijuana de la que es derechohabiente por ser empleado del Ayuntamiento, mientras que el otro hombre fue llevado a un nosocomio pero no se precisó cuál.
Hasta el cierre de esta edición se supo que estos dos últimos se encontraban con vida.
Extraoficialmente se dijo que los tres hombres habían consumido la mortal droga “china white”.
El caso puso en evidencia la falta de transparencia y honestidad en la Policía Municipal, pues además de tener como jefes a personas con problemas graves de adicciones, incurren en violaciones a las leyes de transparencia tratando de ocultar sus malas acciones.