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Rosarito

Sin cumplirse el Reglamento de Playa

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En letra muerta ha quedado el Reglamento de Playa creado con el objetivo de regular las actividades y la limpieza de la playa.

Al igual que sucede con muchas otras disposiciones que no se cumplen, el Reglamento de Playa sigue limitado a meras recomendaciones para los visitantes de las playas, pese a que en la última actualización quedó incrustado en el Reglamento de Orden y Justicia Cívica, 

Cuando fue creado hace varias administraciones, el Reglamento de Playa sumó los esfuerzos de la ZOFEMAT y el Ayuntamiento de Rosarito para establecer una normatividad coadyuvante en el control y mantenimiento de la limpieza en las playas.

En ese entonces, el objetivo era la certificación de playas limpias que no se cumplió debido, entre otros factores, al exceso de ambulantaje.

A lo largo de varias administraciones, el Reglamento de Playa ha pasado por altibajos, dependiendo de la voluntad política de los gobernantes en turno para aplicarlo.

Algunos más y otros menos, pero todos limitados por tratarse de meras recomendaciones plasmadas en letreros colocados en distintos puntos de la playa, algunos de los cuales aún permanecen en puntos alejados de la playa de la zona centro, donde muy pocos bañistas pueden verlos y completamente vandalizados.

En 2021, el Bando de Policía y Gobierno se actualizó y cambió de nombre a Reglamento de Orden y Justicia Cívica.

Las recomendaciones para las actividades en la playa se mantuvieron y tomaron fundamento legal, pero su aplicación sigue pendiente.

Las recomendaciones se convirtieron en infracciones, destacando las siguientes:

“Hacer fogatas en vía pública o utilizar negligentemente cualquier combustible o material inflamable, que pongan en peligro inminente a la población”.

“Ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos no autorizados o encontrarse en notorio estado de ebriedad, alterando el orden público o poniendo en riesgo la seguridad de las personas o sus bienes”.

“Consumir, ingerir, inhalar o aspirar estupefacientes, psicotrópicos, enervantes o sustancias tóxicas en lugares públicos o privados, independientemente de los delitos en que se incurra”.

“Conducir, permitir o provocar el tránsito de animales sin precaución o control en lugares públicos o privados si en estos lugares existe prohibición expresa”.

“Permitir el propietario o poseedor de un animal que éste transite libremente, o transitar con él sin adoptar las medidas de seguridad necesarias, atendiendo a las características particulares del animal, para prevenir posibles ataques a otras personas o animales, así como azuzar o no contenerlo”.

“Introducir o ingerir bebidas alcohólicas sin permiso o consumir cualquier sustancia tóxica, en playas, centros escolares, cines, oficinas y recintos públicos, centros de recreación y esparcimiento o cualquier otro lugar público similar”.

“Realizar fogatas en playas, áreas o vías públicas, lotes baldíos, construcciones en desuso o en predios particulares, ocasionando molestias a los vecinos, excepto las que tengan por objeto la preparación de alimentos para consumo familiar”.

Pese a que el Reglamento de Orden y Justicia Cívica es muy claro en cuanto a las prohibiciones y sanciones, su aplicación sigue quedando en letra muerta, lo que se refleja en el desorden y contaminación de la playa.

Basta dar un recorrido por la playa de la zona centro para constatar el grado de contaminación de la arena, principalmente por basura diminuta difícil de erradicar, como restos de fogatas, colillas de cigarros, tapaderas de envases, restos de excrementos de caballos, madera y pedazos de vidrios. 

El algunos puntos el tono de color de la playa se torna oscuro, reflejo del alto grado de contaminación.

Servidores turísticos consideran que el principal problema es la falta de voluntad y la corrupción por omisión de los funcionarios encargados de aplicar la reglamentación de playa.

No dejaron de mencionar las deficiencias que enfrenta la Secretaría de Seguridad Ciudadana que es la encargada de aplicar las sanciones, debido a la falta de personal, equipo y unidades para mantener la vigilancia correcta de las playas.

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