Rosarito
Reconoce comunidad católica rosaritense labor de Padre misionero Eugen Blaj
Por Juan Pablo Sebastián
En un reencuentro con sus fieles seguidores, el Padre misionero Eugen Blaj estuvo de visita en Rosarito para encabezar el desayuno anual que desde el 2002 organiza el señor Hugo Torres Chabert a beneficio de las misiones que promueve quien ha sido uno de los primeros evangelizadores de las misiones católicas de Rosarito.
Actualmente, Eugen Blaj se desempeña en su país natal Rumania como Director Nacional de Obras Pontificias Misionales y también continúa trabajando en actividades misioneras en Kenia, África.
En Rosarito se le recuerda por su trabajo en el fortalecimiento de las primeras misiones católicas y algunas parroquias.
Fue el primer Párroco de la iglesia Santísimo Sacramento y desde sus trabajos misionales apoyó en las actividades de evangelización, entre las comunidades de ciudadanos provenientes del centro del país que venían en busca de mejores oportunidades de vida y el sueño americano.
“Llegué a Rosarito cuando estaba creciendo mucho y había necesidad de establecer misiones para atender a toda esa gente del centro del país que estaba llegando.
Junto con el Padre Tomasito acompañamos a esas comunidades que venían con tantos problemas económicos y familiares. Les apoyamos con la predicación, con los sacramentos y también con la caridad, asistiéndoles en sus necesidades. Y ahora ellos me asisten a mí, para que también nosotros tengamos esperanza y podamos ayudar a las misiones de todo el mundo”, sostuvo el representante misional.
Dijo que este acercamiento y esta continuidad a su labor misional en Rosarito es posible gracias al apoyo que cada año recibe del señor Hugo Torres Chabert quien patrocina 200 desayunos para la causa de las misiones, así también a los fieles católicos y voluntarios que continúan llevando el mensaje de fe católica a las nuevas generaciones.
En su mensaje, llamó a los fieles católicos a “redescubrir la naturaleza misionera que adquirieron por el bautismo y por la fe, porque solamente la misión puede salvar a la comunidad. Sin la misión, yo creo que la comunidad no pudiera revivir en armonía, fraternidad, la solidaridad y la paz. Si la misión de Cristo te cambió tu vida, te obliga a ti a transformar la vida del otro, a mejorarla, a transformarla en la palabra de Dios”, indicó.