Rosarito
Estudiante del COBACH sufre “peregrinar” para llegar a su escuela
Por Juan Pablo Sebastián
Tan alejada de su escuela y tan cerca de la marginación. Así es el viacrucis que realiza todos los días Monserrat para ir al COBACH centro donde cursa el primer semestre.
Vivir en el fraccionamiento Mar de Calafia es un verdadero sacrificio para ella, pues en la mañana tiene que bajar a la carretera libre caminando a las 5:40 de la mañana cuando todavía esta oscuro, para tomar el taxi de ruta o la calafia que viene de Primo Tapia rumbo al centro de Rosarito, corriendo los riesgos propios de la inseguridad.
Si bien le va, puede encontrar cupo en el primer taxi de ruta que viene de Primo Tapia rumbo al centro de Rosarito y llegar a tiempo a su primera clase de 7 de la mañana.
Si la suerte no está de su lado, esperar una hora puede ser poco cuando los taxis y las calafias pasan saturados de pasaje.
Incluso, ha llegado a perder sus primeras clases por llegar tarde.
A la salida es lo mismo. Tiene que subir cansada desde la carretera libre hasta su casa en la parte alta del fraccionamiento Mar de Calafia, esperando que un buen vecino se compadezca de ella y le de raite, arriesgando en el peor de los casos sufrir una agresión.
Pero no le queda otra, su mamá a veces la acompaña pero caminando, pues no tiene carro.
Pagar taxis no es una opción considerando que es una familia de escasos recursos, que no tiene la forma de pagar renta en una zona céntrica cercana a su escuela.
De hecho, la familia cuida una propiedad en Mar de Calafia.
“Sí me gustaría vivir más cerca de mi escuela, pero no tenemos para pagar una renta”, dijo la joven mientras subía caminando un largo trayecto hacia su casa.
Anteriormente se acompañaba con otros vecinos estudiantes del COBACH que vivían cerca, pero muchos se han cambiado de residencia por este motivo y actualmente son pocos quienes siguen viviendo en los fraccionamientos aledaños.
“Son pocos los estudiantes que viven por aquí, casi en su mayoría hay mucha gente mayor que también tiene que subir y bajar caminando”, sostuvo la joven preparatoriana.
Por ahora, la única petición de Montserrat es una ruta del transporte público segura para salir y llegar a su casa.
