Rosarito
Desorden total en la playa

Al amparo del gobierno municipal y federal, en un completo desorden se ha convertido la playa de la zona centro en pleno verano.
Exceso de permisos de ambulantaje, contaminación por excremento y orines de caballos, puestos de todo tipo, invasiones de la zona federal por centros de diversión y hasta un multitudinario concierto lucrativo que solo causó destrozos, son parte de lo que se observa en la playa de la zona centro.
Comerciantes denunciaron afectaciones viales por el concierto cristiano, pues algunos tuvieron que madrugar y rodear calles para poder ingresar su mercancía ante el cierre del acceso y el caos vehicular.
“Yo tuve que levantarme mucho más temprano para poder instalar mi mercancía porque nos cerraron el acceso y se interrumpió el tráfico en la zona Barbachano”, comentó una vendedora de frutas.
El ya reducido espacio de playa disponible para los bañistas se vio aun más reducido por la realización del concierto cristiano que abarcó una extensa playa de la zona centro, la que aún se conserva limpia gracias a los esfuerzos del personal del Hotel Rosarito.
En pleno verano, el gobierno municipal permitió un evento lucrativo que dejó más afectaciones que beneficios, sin contribución a la ocupación hotelera y con una mínima derrama económica en restaurantes y negocios turísticos.
El poco espacio disponible de playa se vio invadido por el exceso de vendedores ambulantes.
El exceso de casas de campaña y la contaminación por excrementos y orines de caballos, terminaron por convertir la playa en un completo desorden.
El desorden se extendió a la llamada Zona Rosarito donde las autoridades se han mostrado extremadamente permisivas con algunos negocios, pero estrictas con otros.
Las barras de algunos antros con venta de licor que invaden la vía pública predominan en la zona Barbachano, pese a estar prohibidas por el reglamento del Distrito Turístico Zona Rosa Rito.
El exceso de ruido que rebasa los decibeles permitidos y la basura por doquier, son otros problemas que abonan al desorden en la zona Rosa Rito, mientras las autoridades brillan por su ausencia.