Rosarito
Ambientalistas, claman por crear conciencia y respetar nuestros árboles

- Sin respuesta del departamento de gestión ambiental municipal
En tanto que los intereses de las nuevas empresas siguen pesando sobre la ecología y el medio ambiente en Rosarito, el Departamento de Gestión Ambiental que preside el Arquitecto Roberto Jesús Lara Rangel, se mantiene callado.
El Reglamento de Protección al Ambiente de Playas de Rosarito es muy claro.
En su Artículo 167 prohíbe realizar “actos que atenten contra la preservación de las áreas verdes en cualquier parque, calzada, paseo y demás sitios públicos, tales como maltrato a plantas, árboles, césped y flores; tala o quema de árboles o plantas, y en general, todos aquellos actos que vayan en contra del mantenimiento e incremento de los elementos naturales en áreas naturales en el Municipio.
Este reglamento parece quedar en letra muerta cuando el Ayuntamiento sucumbe a los intereses de las empresas y permite llevar a cabo acciones contra el ambiente que están prohibidas.
Hace unos meses, la Dirección de Desarrollo Urbano autorizó cortar un árbol antiguo para la instalación del estacionamiento de la nueva sucursal de farmacias Guadalajara en una banqueta de la zona centro.
En su momento, la titular de la dependencia Mirta Valenzuela Zamorano aclaró que a cambio se le exigió a la empresa la donación de seis árboles, 3 alisos y 3 álamos de altura mínima 1.50 metros.
Sin embargo, nunca se informó el destino de estos nuevos árboles.
La madrugada del lunes 4 de agosto, para amanecer el martes cinco y en plena oscuridad, otros seis árboles de la especie “casuarina equisetifolia” con más de 60 años de antigüedad, fueron derribados para dar lugar a una empresa de comida rápida.
Ciudadanos y ambientalistas reaccionaron a esta medida, entre ellos la artista Roció Hoffman, quien escribió:
“Es doloroso ver cómo, como sociedad, seguimos avanzando sin respeto hacia la naturaleza. Los árboles, esos gigantes silenciosos que sólo nos ofrecen beneficios, son tratados como estorbos en el camino del desarrollo. Ellos no nos piden nada, excepto existir. A cambio, nos regalan sombra, frescura, belleza y son el hogar de innumerables especies. Sin embargo, les damos la espalda, permitiendo que sean arrancados sin compasión, como si su vida no tuviera valor”.
Es urgente que las autoridades escuchen este llamado: necesitamos leyes claras y estrictas que protejan a los árboles ya existentes, que promuevan una cultura de conservación responsable, no sólo por el bien del medio ambiente, sino por el bienestar de todos los ciudadanos. La naturaleza no es un lujo; es una necesidad.
Lo más indignante es que, tras ser talados, sus raíces fueron cubiertas con arena para ocultar la destrucción, intentando evitar que los vecinos y las autoridades detectaran el daño.
“No podemos seguir permitiendo que intereses económicos pasen por encima del patrimonio natural de nuestra comunidad. Cada árbol derribado es una pérdida para todos. No es solo un asunto ambiental; es un reflejo de qué tipo de sociedad queremos ser”.
Sobre el tema, el Departamento de Gestión Ambiental no emitió ningún pronunciamiento oficial y se mantuvo omiso ante la solicitud de información de la prensa.