Rosarito
Inviable que el Ayuntamiento se haga cargo del CAR

Como una forma de desviar la atención al tema más importante que es el atentado contra el deporte, calificaron padres de familia y usuarios la presunta ofrenda de santería encontrada por el director del IMDER Hugo Monroy Rubio, en las oficinas del encargado del Centro de Acuático de Alto Rendimiento, Erick Galván Caballero.
Más allá de la controversia por el contenido y significado de la ofrenda, los denunciantes consideraron que hay un problema más grave que no se debe minimizar.
Se trata de una conducta arbitraria con repercusiones legales cometida por Hugo Monroy Rubio, al dejarlos sin entrenar durante varios días y sin la oportunidad de participar en campeonatos de natación.
De acuerdo con los padres de familia, la conducta de Monroy provocó consecuencias para el desarrollo deportivo de los atletas, sobre todo aquellos que están en preparación para un torneo nacional y pierden competitividad por no entrenar un día.
Se habla que estos jóvenes ya no tendrán oportunidad de participar en el clasificatorio rumbo al campeonato nacional debido al cierre del Centro Acuático de Alto Rendimiento.
Algunos se vieron obligados a realizar ejercicios en la pista de atletismo para no perder la condición de sus entrenamientos, aunque no son suficientes para lograr el alto rendimiento que requieren en competencias nacionales.
Para ellos, perder un día de entrenamiento equivale a retrasarse 4 días.
Pero los nadadores de alto rendimiento no son los únicos perjudicados con el cierre del CAR.
Hay personas mayores que acuden a realizar ejercicios de natación como terapia por padecimientos de salud, sobre todo psicomotrices y de la columna.
Muchos pacientes han logrado mejorar su salud gracias al CAR, pero hoy se muestran preocupados por la postura que ha tomado el nuevo titular del IMDER y el riesgo de perder los avances que han logrado durante años.
Respecto a los planes del actual gobierno municipal para quitar las concesiones y tomar en control de todos los espacios públicos, especialistas deportivos y funcionarios, consideraron que no es una alternativa viable, pues el Ayuntamiento no tiene la capacidad de costear el mantenimiento y operación óptima de este complejo deportivo.
Para que el Ayuntamiento pueda operar el CAR se ocupa el doble del presupuesto. Erik paga una mensualidad de 120 mil pesos al Ayuntamiento y además da trabajo a 40 empleados. De tomar el Ayuntamiento la operatividad, las arcas del gobierno se verán afectadas en recaudación”, advirtieron padres de familia.