Por Juan Pablo Sebastián
Una mezcla de impotencia y coraje es lo que dicen sentir familiares de algunas víctimas de homicidios al ver que el tiempo pasa y la investigación de sus casos parece haberse quedada rezagada.
Algunos se atreven incluso a señalar que las autoridades protegen a los homicidas, pues a pesar de contar con los elementos de prueba necesarios, siguen sin detenerlos y encarcelarlos.
Entre los homicidios que no han sido esclarecidos destaca el del conocido estilista Martin Bautista Chávez, quien hace un año y cuatro meses, fue asesinado cuando se encontraba en su negocio de la colonia Lucio Blanco.
Hasta el día de hoy, los familiares no han sido informados sobre los avances de la investigación.
También destaca el homicidio de un joven dominicano quien en abril del 2018, fue levantado en la zona de la playa por un grupo delictivo con el que sostuvo un enfrentamiento derivado de un percance vial.
El joven fue encontrado muerto dos días después por el rumbo de la colonia Morelos, aparentemente con huellas de tortura.
Otro homicidio pendiente es el del joven Cesar Correa Olivares, quien en noviembre del 2018 fue asesinado en el interior de su domicilio ubicado en plena zona centro.
Los tres homicidios siguen sin esclarecerse, pese a que en algunos casos familiares han apoyado en la aportación de pruebas y testimonios.
En el caso del joven dominicano, familiares aseguran que los agentes ministeriales tienen prácticamente el caso en sus manos, por las pruebas que se han logrado conjuntar en contra de los responsables, por lo que no se explican el motivo por el cual no han procedido a detenerlos.
“Desde que paso el asesinato, los ministeriales no se volvieron a parar con nosotros. Nos los hemos visto por aquí ni nos han llamado para informarnos si hay avances”, sostuvo al padrastro del joven dominicano quien aseguró que gran parte de la inseguridad que se vive en Rosarito, es responsabilidad de la PGJE, pues al no esclarecer los casos, los homicidas siguen libres cometiendo otros ilícitos.
Familiares del joven Cesar Correa Olivares, señalaron que las escasas investigaciones lejos de esclarecer el crimen, les han generado más dudas, pues ahora tienen nuevas hipótesis sobre el asesinato y sobre el número de personas que intervinieron.
Lo último que supieron fue que habían encontrado el arma blanca que utilizo el agresor, misma que estaba enterrada en el predio.
“Nos llegan preguntando quién es el propietario del predio, quien está a cargo, pero de los avances de la investigación no nos dicen nada. Dijeron que ya habían encontrado el arma y que el coche lo tenían clavado, pero no detienen al responsable”, denunció la hermana de la víctima.
Mientras las autoridades excusan que están saturados de trabajo, los familiares siguen cargando con lo que parecer ser un eterno pesar de no ver avances que lleven al encarcelamiento de los responsables.
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