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Rosarito

Asegura CESPT que derrames de aguas negras se terminaron con la rehabilitación de las plantas tratadoras

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Por Juan Pablo Sebastián

En tanto que ciudadanos aseguran que los derrames de aguas negras siguen llegando al mar, autoridades de la CESPT sostienen que los principales sistemas de tratamiento están trabajando correctamente y ya no hay derrames contaminantes.

De acuerdo con personal técnico de la CESPT, las últimas obras de rehabilitación de plantas tratadoras vinieron a erradicar los principales problemas de contaminación por aguas negras.

En el caso de los derrames provenientes de la planta Huahutay que estuvo mucho tiempo sin operar, se terminaron una vez que se realizaron las reparaciones y la planta tratadora comenzó a operar a su máximo nivel.

Con el lector recordara, en una visita de inspección, autoridades del gobierno estatal anterior constataron que las aguas negras que se concentraban en la planta Huahuatay para su tratamiento, se estaban derramando al arroyo de manera directa, pues la planta tratadora estaba inoperante.

Para atender este problema, en su momento se anunció una inversión en rehabilitación y mantenimiento total de la planta, que culminó meses después con su reactivación.

Según funcionarios de la CESPT, con estas obras se terminaron los derrames de aguas negras al arroyo Huahuatay y aunque a la fecha se notan escurrimientos que bajan hasta el mar en dos vertientes, aseguraron que es agua debidamente tratada, que no representa ningún riesgo para la salud pública.

Renteros de caballos que se instalan en la plaza San Fernando por donde bajan los escurrimientos al mar, aseguraron que efectivamente el agua ya no despide olores pestilentes, pero dudan que la contaminación se haya terminado, pues de repente vuelven las aguas turbias y mal olientes.

“Ahorita se notan algo limpias, pero de repente se suelta el mal olor, parece que aprovechan cuando llueven para soltar las aguas negras directas”, sostuvo un rentero de caballos.

Aparentemente esto mismo sucede con los derrames que bajan por el cañón Rosarito, pues aunque las autoridades de la CESPT sostienen que se terminaron una vez que las plantas del Bulevar 2000 se rehabilitaron en su totalidad, la turbiedad de las aguas y los malos olores aparecen de repente, sobre todo cuando llueve.

Según el personal de la CESPT, los escurrimientos que existen en diversos puntos de la ciudad son menores y por causas ajenas a la falta de operación de las plantas tratadoras, principalmente por drenajes colapsados por basura o incluso por fallas menores como retraso en los sistemas de bombeo.

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