Con la llegada de la temporada de verano, los comercios con venta de licor han comenzado a proliferar en las zonas turísticas, desde la Barbachano hasta Puerto Nuevo.
Además de la controversial marisquería “KIUBOLE” de la colonia Mexicali, puestos ambulantes en Puerto Nuevo llamaron la atención de los restauranteros por la impunidad con la que operan sin permiso y vendiendo licor.
Más allá de simples “golondrinos”, servidores turísticos consideraron que esos comerciantes ambulantes de Puerto Nuevo gozan de la protección de autoridades municipales bajo acuerdos turbios, pues los inspectores de Verificación se declararon incapaces de retirarlos, cuando ante los recurrentes llamados de restauranteros, reconocieron que la protección venía desde las más altas esferas del gobierno municipal.
Al escuchar esta confesión de inspectores, restauranteros de Puerto Nuevo, optaron por dejar de insistir en el retiro de los comercios irregulares, para no poner en riesgo a los inspectores ni a ellos mismos, pues consideraron que estos acuerdos han superado la autoridad de un gobierno.
Los denunciantes lamentaron que el actual gobierno haya perdido su autoridad cediendo a los intereses de personas oscuras, poniendo en riesgo la seguridad del sector restaurantero que opera de manera legal y de todo el sector turístico de Rosarito que se enfrenta a una competencia desleal en crecimiento.
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