Un creciente descontento se percibe entre funcionarios municipales por la tensión que propicia la alcaldesa Araceli Brown Figueredo para obligarlos a apoyar a sus “corcholatas”.
Algunos de ellos han confiado su malestar por la intimidación de la que son objeto para asistir a los eventos que llevan a cabo los candidatos oficiales después del horario laboral.
Incluso se habla que sus jefes los mantienen vigilados mediante una aplicación móvil para rastrearlos en caso de que no quieran asistir a los eventos.
Sé que tras el horario laboral, los empleados son citados en el estacionamiento de un centro comercial frente al Palacio Municipal, donde reciben instrucciones para llevar a cabo.
Los castigos por no asistir van desde represalias verbales, hasta represalias de tipo laboral.
Un arquitecto de Control Urbano que se negó apoyar a los candidatos, fue enviado a Obras Publicas y asignado a barrer las calles, por lo que decidió renunciar.
Otros más que se rehúsan a participar abiertamente a favor de los candidatos oficiales, están siendo advertidos que pueden quedarse sin trabajo.
Las advertencias verbales, con otro nivel de tono, al calor de las copas son parte de las intimidaciones de las que son objeto varios funcionarios municipales que se niegan apoyar los planes políticos de Araceli Brown, generando un clima cada vez más tenso a medida que se acercan las campañas electorales.
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