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Impunidad y omisión de autoridades locales es lo que refleja el caso de una pareja con residencia en Estados Unidos que aseguró haber sido víctima de una brutal agresión, intento de robo de vehículo e intento de homicidio en la Playa La Misión el pasado 23 de octubre.
La amarga experiencia que les dejó la delincuencia no se compara con los sentimientos de impotencia y coraje que sintieron los afectados ante la omisión de autoridades locales de brindarles la atención necesaria y evitarles el desgastante peregrinar en el proceso de levantar la denuncia en Fiscalía.
Sintiéndose abandonados por las autoridades locales, las víctimas tuvieron que recurrir a las redes sociales para exigir justicia y denunciar las omisiones de las autoridades municipales y la fiscalía regional de Playas de Rosarito.
Excusando razones de jurisdicción territorial, las fiscalías de Rosarito y Tijuana se negaron a recibir la denuncia.
Después de recorrer las fiscalías en ambos municipios, finalmente las víctimas lograron poner la denuncia en la Unidad del Ministerio Publico de El Aguajito, Ensenada.
El denunciante Mayo Alonso Pesqueira Equia, acusó directamente al fiscal regional de Playas de Rosarito Arturo Mandujano Quezada, de incurrir en una omisión grave al tratar de minimizar el caso y hacerlo pasar como tentativa de robo, en lugar de homicidio agravado en grado de tentativa y privación ilegal de la libertad.
“El fiscal regional de Rosarito Lic. Mandujano, prometió ayudarnos y llevar personalmente la carpeta de investigación, pero nos mintió. Fue omiso y solo hizo más notoria la impunidad y adecuada atención. Ordenó integrar increíblemente la investigación como tentativa de robo de vehículo y no como homicidio agravado en grado de tentativa y de privación ilegal de la libertad”.
La denuncia debió haberse admitido en Tijuana o en Rosarito, pero no quisieron recibirla y darle trámite. Nos dijeron que Ensenada era la Fiscalía competente, siendo ello totalmente falso. La fiscalía de Rosarito es quien debió atendernos y la policía municipal de Primo Tapia acudir al lugar de los hechos cuando les llamamos a ellos y a la Cruz Roja pidiéndoles ayuda, pero nunca acudieron (quienes se encontraban a 10 minutos) porque dicen y creen que corresponde a Ensenada”, expuso el denunciante.
De acuerdo con la denuncia, presentada el lunes 27 de octubre por los delitos de intento de robo de vehículo, intento de homicidio y privación ilegal de la libertad, los hechos sucedieron la mañana del lunes 23 de octubre cuando Mayo Alonso Pesqueira Equia, se retiraba de playa La Misión donde había ido a caminar y meditar.
Al disponerse a subir a su auto, se percató que tenía el cristal quebrado y le habían robado pertenencias, entre ropa deportiva, monedas americanas (alrededor de 100 dólares), teléfono IPHONE 12, su licencia de conducir estadounidense y dos tarjetas del Wells Fargo Bank.
Antes de reportar a la Policía, optó por dirigirse a su departamento ubicado en Palacio del Mar de condominios Marbella, para llamar al banco y bloquear sus tarjetas.
Cuando llamó al banco, le avisaron que los ladrones ya habían intentado disponer 4,200 dólares de las tarjetas a través de Western Unión del bulevar Benito Juárez, pero no pudieron lograrlo debido a las medidas de seguridad del banco.
En compañía de su esposa, regresó al lugar del robo en la playa para buscar algunas de sus pertenencias.
Estando en el lugar, dos sujetos jóvenes de entre 20 y 22 años de edad se acercaron a la pareja en actitud sospechosa.
Cuando la pareja les preguntó si habían visto a las personas que le quebraron el vidrio a su auto y sacaron pertenencias del interior, los sujetos sacaron cada uno un arma que llevaban escondidas y los amenazaron para exigirles las llaves y robar el vehículo.
Cuando los sujetos ingresaron al auto y trataron de encenderlo, la pareja comenzó a gritar pidiendo auxilio.
Al ver que no podían dar marcha al vehículo, los delincuentes descendieron y obligaron a la pareja a subir con ellos mientras les apuntaban a la cabeza.
El denunciante aprovechó un descuido de los sujetos para arrojar las llaves hacia la playa sin ser visto y trató de distraerlos para evitar que subieran a su esposa, quien por su parte aprovechó para correr hacia la playa, saltando de una barda de aproximadamente 3 metros, hacia donde el hombre había arrojado las llaves.
Esto enfureció a los delincuentes quienes comenzaron a golpearlo en la cara con puños y con las pistolas, ocasionándole sangrado y fuertes lesiones en todo el rostro, dentadura, ojos y nariz.
Estando en el asiento trasero, el denunciante se puso boca abajo y se cubrió la cabeza con sus manos, mientras los sujetos continuaron golpeándolo con las cachas de las pistolas, hasta que una persona se percató del ataque y les gritó que lo dejaran.
Al verse sorprendidos, los sujetos lo dejaron en el vehículo y salieron corriendo.
Posteriormente llegaron otros dos sujetos al lugar, quienes, a decir del denunciante, son cómplices de los agresores, pues se retiraron aprisa en cuanto comenzó a cuestionarles su participación en el ataque.
“Dicha sospecha de participación o complicidad se sustenta en el hecho de que tanto mi esposa como yo, vemos regularmente casi todos los días a estas cuatro personas juntas en la playa, siendo uno de ellas una persona que acostumbra surfear y el otro un joven flaco y alto de apariencia “tecolín” quien normalmente carga utensilios para lavar carros”, expuso en su declaración.
Finalmente, fue el señor que llegó a auxiliarlos quien reportó a la Policía Municipal y a la Cruz Roja que se encuentran a solo 10 minutos en Primo Tapia, pero pasó una hora y ninguna de las dos unidades llegó, por lo que fue trasladado por su esposa en su vehículo particular.
Al llegar al puesto de socorro de la Cruz Roja que se encuentra frente a Los Arenales, se dieron cuenta que estaba cerrado, pero con personal en el interior, por lo que pidieron apoyo en la clínica Bienestar que se encuentra en el mismo predio.
“Nos consta, ya que los vecinos que laboran en un consultorio médico que comparten dicho terreno con la Cruz Roja, procedieron de inmediato a hablarles por la parte posterior del edificio, al igual que los trabajadores de la construcción que se encontraban en el patio de enfrente del edificio de Cruz Roja, siendo como quince minutos después que salió el chofer de la ambulancia y la paramédico que se inmediato me subieron a una camilla y ambulancia”, indica la denuncia.
En ese momento llegaron también oficiales de la Policía Municipal pero solo para pedirle que les firmara unos documentos donde aceptaba que le habían brindado protección y asistencia oportunamente.
El denunciante se negó diciéndoles que no era cierto lo que pretendían plasmar y entonces llegó una cuarta patrulla con un jefe de los policías quien se molestó con sus subordinados y les dijo que “el suscrito era un ex compañero de ellos”.
Fue entonces que la ambulancia procedió a subir al hombre a una ambulancia para trasladarlo a un hospital en Tijuana, pero el chofer se negó diciendo que no tenía gasolina, por lo que el lesionado se ofreció a pagar la gasolina.
Finalmente, solo lo trasladaron al Hospital General pero ahí no le pudieron hacer nada porque no tenían el equipo para la tomografía de la cabeza que necesitaba.
Entonces su esposa decidió trasladarlo por sus propios medios a un hospital privado en Tijuana.
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