La plaza Pabellón Rosarito no se salva de los grafiteros que a cualquier hora del día hacen de las suyas rayando los comercios y la infraestructura de la plaza.
Al igual que lo hacen con otros inmuebles públicos o turísticos, los jóvenes vándalos continuamente burlan a los guardias de la plaza para realizar sus grafitis sin ser vistos.
Guardias de seguridad interna revelaron que el problema es muy recurrente y complicado de evitar, pues es prácticamente imposible para ellos estar cuidando a todos los jóvenes que visitan la plaza.
“Lo que pasa es que son puros jóvenes quienes andan rayando y algunos son estudiantes. No podemos estar vigilando a cada joven que visita la plaza. Nos vigilan para que no los veamos y mientras uno echa ojo, otros rayan”, comentó un guardia de seguridad interna.
Los pasillos escondidos son los principales lugares que los grafiteros escogen para rayar, pero últimamente también están grafiteando las bardas exteriores de los comercios pegados a la carretera Escénica, perceptible a los automovilistas que se incorporan de la carretera Escénica.
Los daños ocasionados por estos jóvenes conllevan gastos de pintura y pago de personal para la limpieza de las paredes, y aunque hasta ahora el problema está “contenido”, la batalla contra los grafiteros es permanente.
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