Por Juan Pablo Sebastián
Las extorsiones policiacas contra turistas no solo afectan a las víctimas, sino a toda la población, en un efecto cadena que incluye prácticamente todos los sectores económicos de un destino que depende en un 80% directa o indirectamente del turismo.
A un vendedor inmobiliario se le puede caer la comisión cuando un posible cliente cambia de opinión y decide no comprar tras sufrir un abuso o extorsión policiaca, pero a la economía de la ciudad se le caen ingresos permanentes y fuentes de trabajo que podrían haber generado los inversionistas.
“Mucha gente no se da cuenta, porque quizás el 60% dependemos directamente del turismo, pero hay otro 20 ó 30 % que depende indirectamente de la llegada de turistas”, explican empresarios.
En este 30% se encuentran los negocios de las colonias populares donde trabajadores que dependen de la industria turística realizan sus consumos cotidianos de alimentos y servicios.
“Nos afecta a todos, porque si los turistas dejan de venir, los meseros, camaristas, taxistas, taqueros, dejan de ganar sueldos y propinas. Y si ellos dejan de ganar, pues dejan de consumir en los negocios donde acostumbran, dejan de ir de manera frecuente a las estéticas o peluquerías, realizan menos compras o ya no piden otros servicios que antes solicitaban. Entonces, si Rosarito depende en un 80% directa o indirectamente del turismo, y si los policías están extorsionando, pues afecta los ingresos de todos”, sostuvieron otros empresarios.
Este pronunciamiento se da en estos momentos álgidos de inseguridad y de lo que pareciera ser una cacería policiaca contra turistas, lo que ha generado protestas de grupos organizados y ciudadanos.
De acuerdo con miembros de la Asociación de Hoteles de Rosarito, de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), y de la Asociación de Profesionales Inmobiliarios (APIR), las extorsiones policiacas representan hoy en día una amenaza seria para el sector turístico, pues todos los días se tienen noticias de extranjeros extorsionados por agente policiacos, las cuales se están difundiendo ampliamente en Estados Unidos.
Entre las victimas recientes están unos inversionistas procedentes de Florida que llegaron a Rosarito con la intención de abrir un Call Center, pero se han visto desanimados tras sufrir una extorción a manos de policías municipales.
“Pareciera que el único trabajo de algunos policías es extorsionar a los turistas que traen carros buenos. Ya no se conforman con poco, les están pidiendo hasta 500 dólares. La situación es muy grave. Están ahuyentando las inversiones, los bienes raíces son inversiones millonarias. Si esto sigue así, habrá menos inversión, menos impuestos y menos trabajo para los Rosaritenses”.
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