Por Juan Pablo Sebastián
Una alcantarilla tapada se ha convertido en un foco de infección, casi en pleno bulevar Juárez, frente a la entrada al Pabellón Rosarito.
Desde hace varias semanas los escurrimientos de aguas negras y restos de excremento mantienen una pestilencia en los alrededores.
Las aguas negras llegan hasta el bulevar Juárez y provocan encharcamientos que duran días.
La insalubridad es más grave, porque está ubicada exactamente junto a la pizzería Toogino’s y a unos metros del conocido bar La Maroma, donde se venden alimentos.
Clientes y automovilistas se quejan constantemente de esta contaminación, pues les resulta inconcebible que en plena vialidad principal y junto a un negocio de comida exista un foco de infección de esta magnitud.
Vecinos aseguran que la alcantarilla se tapó desde hace tiempo y recientemente un albañil contratado por el dueño de los predios abandonados realizó algunas obras para destaparla.
Sin embargo, desde hace unas semanas la alcantarilla volvió a taparse, probablemente con piedras que cayeron en el interior, provocando desde entonces, la situación de contaminación que es evidente.
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