Personal técnico de la CESPT aseguró que los derrames de aguas negras que llegan a la playa por la desembocadura del arroyo Huahuatay, no provienen de alguna planta tratadora, sino de descargas clandestinas particulares.
Tras reunirse con agricultores y ganaderos del Cañón Rosarito el viernes 4 de abril, representantes de la CESPT aclararon que la planta tratadora de Villas Siboney que descarga en el arroyo Huahuatay, se encuentra operando normalmente.
Precisaron que los derrames pestilentes que bajan hasta la playa, son descargas particulares, de las que aún no tienen detectadas sus ubicaciones.
Adelantaron que llevarán a cabo recorridos para detectarlas y detenerlas, como parte de los trabajos para lograr el saneamiento de la ciudad.
Respecto a las aguas tratadas que salen de la planta de Villas Siboney, indicaron que no son visibles como en el Cañón Rosarito debido a que están entubados a una especie de colector que desemboca mar adentro.
Esta misma infraestructura está proyectada para canalizar los escurrimientos de aguas tratadas del cañón Rosarito, solo que se trata de una inversión muy costosa y por el momento no disponen del financiamiento para realizarla.
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