Otra extorsión policiaca y actos de “rapiña” contra empresario constructor de USA

Por Juan Pablo Sebastián

Apenas a unos días de la escandalosa extorsión policiaca que sufrieron comerciantes mexicalenses en plena Semana Santa, policías municipales vuelven a ser noticia por abuso y extorsión contra visitantes.

Esta vez fue un empresario constructor procedente de Estados Unidos quien vivió una amarga experiencia hace unos días cuando policías municipales lo extorsionaron y le remolcaron su vehículo por el hecho de darse vuelta en U en lugar prohibido.

El constructor es cliente de productores de muebles artesanales del bulevar Popotla, a quienes acostumbraba comprarles productos para sus obras que realiza en Estados Unidos.

Incluso tenía pensado comprar una propiedad en Rosarito para residir de manera permanente, pero esta experiencia que vivió a manos de policías municipales lo desanimó de comprarla.

El denunciante narró que hace unos días circulaba por el bulevar Popotla cuando de pronto, se percató de un vehículo que se pasó un alto y estuvo a punto de chocarlo.

Al dar vuelta en U para evitar el impacto, el denunciante se subió al camellón, pero no causó ningún daño al pavimento.

Policías municipales llegaron al lugar y en lugar de auxiliarlo para retirar el vehículo de la vialidad y brindarle la atención, lo extorsionaron pidiéndole 400 dólares, a su estilo intimidante y buscando cualquier pretexto para justificar la infracción, pues al parecer el conductor no tenía la licencia a la mano, pero sí la llevaba en el vehículo, solo que por el susto no recordaba dónde la había puesto.

Al ver que el conductor no accedía a la extorsión, los policías llamaron a la grúa y procedieron con el remolque del vehículo, por lo que el afectado tuvo que permanecer una semana más en Rosarito para realizar los trámites y poder recuperar su vehículo, generando pérdidas económicas, pues además del tiempo, perdió una inspección de una obra que entregaría en Estados Unidos y por la cual recibiría alrededor de 40 mil dólares.

Los policías colocaron sellos al vehículo y no le permitieron bajar nada, pero cuando pudo sacarlo del corralón tras pagar la multa y la extorsión, se percató que los sellos estaban abiertos y su vehículo desmantelado, con daños en el motor y la transmisión.

El vehículo también sufrió daños durante las maniobras de la grúa y se quedó sin defensa.

Cuando se presentó con el Juez a pagar la multa, se dio cuenta que se trataba de una red de corrupción, pues el mismo Juez le exigía dinero “bajo el agua” sin aclararle el motivo de la infracción cometida.

“Me sacaron de la oficina del Juez tres veces. Yo le dije: ¿Señor Juez dígame de qué me están cobrando? ¿Solo quiero que me digan por qué me están multando? Me dijo: como el vehículo no está a nombre tuyo, si quiero te lo doy y si no quiero no te lo doy. Le dije, señor Juez pero si yo lo traía me lo tienen que dar. Me dijo pero no está a nombre tuyo. Yo le dije señor Juez eso no les tiene que importar, si no tiene reporte de robo me lo tienen que regresar porque yo lo traía”.

En ese momento un policía tomó el radio y dio una aparente orden de desmantelar el vehículo del ciudadano, por lo que al ver tanta intimidación, el denunciante optó por pagar la extorsión, por alrededor de 13 mil pesos que se repartieron entre el juez y policías municipales, además de las multas y el arrastre de la grúa y corralón, gastando en total casi 20 mil pesos.

A ese monto se le suman los gastos de hospedaje, viáticos, alimentación y trámites durante casi una semana que permaneció en Rosarito, además de las pérdidas económicas en su trabajo como constructor en Estados Unidos, pues estaba por entregar una casa recientemente terminada y que sería objeto de una inspección por parte del gobierno.

La mayor pérdida fue para todo Rosarito con la imagen de corrupción policiaca que proyecta en el extranjero y ahuyenta al turismo.