A sus 20 años, Jazmín Amador Santos es una joven decidida que ha logrado abrirse camino en una profesión considerada para muchos como reservada para hombres.
De la mano de su padre, quien sigue el oficio de tradición familiar, Jazmín ha mostrado y desarrollado desde su infancia un gusto especial por la mecánica eléctrica automotriz.
La cercanía con el oficio de su padre despertó en ella una inspiración que, con el tiempo, se convirtió en la profesión de su elección.
Después de terminar la educación básica en Rosarito, Jazmín continuó la preparatoria en Estados Unidos.
Al terminar la preparatoria, regresó al reconocido taller de su padre, Garage Electron, ubicado en el bulevar Benito Juárez de la colonia Machado. Allí retomó su aprendizaje y confirmó que lo suyo era la mecánica eléctrica automotriz.
“Cuando salí de la preparatoria me vine a Rosarito y estuve mucho tiempo pensando si iba a continuar estudiando o no y qué carrera. Quería ser veterinaria, luego pediatra y después médico general. En el tiempo que estuve pensando, me metí a trabajar al taller de mi papá y, como rápido le agarré la onda, dije aquí me quedo”, comentó Jazmín.
Desde pequeña el oficio de su padre influyó en su decisión de seguir esta profesión.
“Toda mi vida me gustó esto. Recuerdo que, al salir de la primaria, me dejaban en el taller y en lo que estaba haciendo tiempo, me decían arréglame esto, cámbiame esto o pásame esto. A mucha gente le parecía curioso ver a una niña tan pequeña haciendo labores en un taller”, recordó.
Su padre, Amador Zacarías López, recuerda que, desde los 3 o 4 años, a Jazmín le gustaba ayudarlo a sacar tornillos o realizar ciertas tareas simples pero avanzadas para una niña de su edad.
Con el apoyo de su padre, Jazmín inició su capacitación profesional en una escuela de Tijuana, donde obtuvo su certificación. Ahora, busca seguir preparándose para convertirse en una experta en mecánica eléctrica automotriz.
Aunque esta profesión puede parecer dura para las mujeres, para ella es una pasión que nació en su infancia y que fortaleció viendo el ejemplo de su padre.
Actualmente, su preparación y actualización es a través de cursos, ya que no hay una especialidad exclusiva en eléctrica automotriz, sino que generalmente forma parte de un programa más amplio de mecánica.
“Ahorita estoy buscando nuevos cursos, porque para el tema eléctrico no he visto una escuela que enseñe exclusivamente la parte eléctrica, son generalmente escuelas de mecánica que abordan el tema eléctrico como una de las ramas”, expuso.
Además de atender en el taller, también ofrecen servicio en lugares específicos, principalmente en el área de Rosarito.
Para Jazmín, el mayor reto no es aprender este oficio, sino lograr la aceptación de quienes aún dudan de la capacidad de las mujeres en esta profesión.
A pesar de haberse encontrado con clientes que han rechazado su servicio o pedido que un hombre revise su auto, esta situación la motiva a demostrar que las mujeres pueden desempeñarse en cualquier actividad siempre que se lo propongan.
“Aprender no es difícil, pero lograr que la gente te acepte y confíe en ti es más complicado. Muchos llegan preguntando por el eléctrico y, cuando les digo en qué les puedo ayudar, insisten en que buscan a un hombre. Aun así, sigo demostrando que las mujeres también somos capaces”, concluyó.
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