Por Juan Pablo Sebastián
La señora Rosa Isela Patiño Olea, pidió el apoyo económico de la comunidad para poder realizarle los estudios médicos que requiere su hijo Jesús Giovany Méndez Patino, de 12 años de edad y quien sufre parálisis cerebral, acompañado de otros padecimientos como retraso psicomotriz.
Ella es identificada por muchos ciudadanos como una gran madre ejemplar que ha luchado durante 12 años para sobrellevar los problemas de su hijo nacido prematuramente a los cinco meses y quien actualmente cursa la educación secundaria bajo el sistema USAER.
El menor se había mantenido estable durante algunos años, pero en las últimas fechas, las convulsiones comenzaron a ser más recurrentes, por lo que médicos le solicitaron algunos estudios que le puedan ayudar al diagnóstico del origen de este problema.
Particularmente le pidieron un encefalograma y una resonancia magnética.
Sin embargo, la madre no dispone de los recursos económicos para pagar los estudios, que en laboratorios privados tienen un costo promedio de entre 300 y 350 dólares cada uno.
Aunque ha buscado ayuda en instituciones públicas y hospitales, basta recordar que en el caso del Hospital General de Rosarito, el mismo Director Luis García Martínez ha reconocido las deficiencias en materia de especialistas, quirófano y otros servicios especializados.
Por ello, la madre desesperada apeló a la generosidad de la comunidad rosaritense para que puedan ayudarla con patrocinios para los estudios médicos de su hijo.
“Mucha gente me ha atacado y dice que ando pidiendo dinero, pero no saben lo que es luchar todos los días con un niño con discapacidad, no saben cómo me las arreglo sola para ir a vender al mercado a las 5 de la mañana y luego venir corriendo a la casa para llevarlo a la escuela donde me quedo toda la tarde hasta que sale para traerlo de regreso”, narró entre lágrimas la madre.
Agregó que salir adelante en estas condiciones es verdaderamente difícil, sobre todo porque ciertas autoridades y mucha gente en lugar de ayudar o simplemente quedarse calladas, critican y le ponen trabas.
Recordó aquel día cuando una mujer policía la detuvo porque tenía a su hijo en silla de ruedas vendiendo paletas en un crucero, acusándola de lucrar con el padecimiento de su hijo.
También señaló que todos los días vive momentos de discriminación en el transporte público, pues muchos choferes de las calafias no quieren subirlos para no perder tiempo en ayudar a subir la silla de ruedas, por lo que en ocasiones tiene que pagar UBER.
En el mismo gobierno municipal en esta última ocasión que acudió a pedir ayuda, le pidieron una cotización de los estudios para apoyarle económicamente, pero ella no ha podido ir hasta Tijuana a donde le recomendaron, pues tendría que pagar más de 500 pesos de UBER que no tiene.
“Hay mucha gente que no ayuda pero bien que critica y pareciera que algunas autoridades en lugar de apoyar te ponen trabas. La verdad es bien difícil salir adelante con poco apoyo y muchas críticas y discriminación de la gente. Yo no estoy pidiendo para mí, es para la atención médica de mi hijo, si alguien me puede patrocinar los estudios mucho mejor”, lamentó Rosa Isela.
Los interesados en apoyarla pueden comunicarse con ella al número 661-111-5246.
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