La activista Rocío Hoffmann exhorta a la comunidad a proteger la naturaleza, árboles y palmeras, pues son pocos los pulmones que le quedan a la ciudad.
Está semana, la artista plástica y activista social, se llevó la sorpresa de que dos frondosos árboles fueron mutilados sin razón aparente, en Villas San Pedro; a estos árboles les costó más de 20 años su crecimiento y aparte de todo, mejoran el clima y brindan belleza.
“Los árboles no causan problema con el cableado eléctrico, eso es un mito: los cables están forrados; en todas las grandes ciudades conviven árboles y cables y en todo caso sólo se podan unas cuantas ramas”, señaló ante las justificaciones absurdas de los vecinos quienes cortaron las ramas de estos árboles frondosos.
La activista relató que tras caminar como todos los días por la calle se percató del corte injustificado de los dos árboles, los cuales no obstruían cables de telecomunicación o de energía eléctrica, tampoco sus raíces obstruian la red de drenaje, así que no entendía el porqué de dicha decisión, “no hay cables, los mutilaron solo por deporte”, consideró Hoffmann.
“Si nos quedamos callados se van a acabar todos los árboles. Hay una enorme indiferencia, son seres vivos. Mucha gente le da miedo comprometerse a denunciar, pero yo los exhorto aunque sea de manera anónima si ven una tala injustificada, a denunciar, tal cual fue el caso de la denuncia que hice en redes sociales pues eso no es poda es una mutilación porque las hojas no tocan cables”, concluyo recordando una frase de Luter King “si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”.
Al respecto, Francisco Javier Martínez Mendoza, Presidente de la Organizaciòn Tierra Colectiva Ciudadanía Género y Medio Ambiente A.C. reconoció el valor de Hoffmann para continuar exponiendo y denunciando la tala de árboles en la vía pública y exhortó a los ciudadanos a tener una mayor conciencia sobre la importancia de preservar y cuidar los principales pulmones de la ciudad.
Señaló que un árbol no es solo madera ni ornamento: es memoria viva, es refugio de aves, es oxígeno compartido. Cuando un árbol cae injustamente, la herida no es del tronco, es de la comunidad entera.
“Frente a estos actos, no podemos ser indiferentes. La indiferencia siempre se convierte en cómplice del abuso. Guardar silencio es entregar la voz al que destruye.
Recordemos que para la tala o el derribo definitivo de un árbol se requieren los permisos correspondientes de la autoridad municipal. De lo contrario, quienes lo hagan se pueden hacer acreedores a una multa e incluso a la obligación de reparar el daño”.
Desde Tierra Colectiva lanzó un llamado a la ciudadanía, para que levanten la voz, defiendan lo que pertenece a todos. Si presencian la tala de un árbol en la vía pública, pueden comunicarse directamente al Departamento de Gestión Ambiental (661) 61 49 600 Ext. 1065 para levantar la denuncia y conocer el proceso y trámite correspondiente.
Remarcó que la acción de una persona puede marcar la diferencia entre la impunidad y la justicia ambiental.
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