Denuncia que su hermano esquizofrénico sufre tortura en Penal

Por Juan Pablo Sebastián

Una verdadera historia de tortura es la que está sufriendo Jorge de Jesús Carrillo Gómez, de 50 años de edad, quien a pesar de ser un paciente psiquiátrico, diagnosticado con esquizofrenia y trastorno bipolar, se encuentra internado en la Penitenciaria acusado de un presunto acoso sexual agravado contra una menor de edad.

Su hermana María del Rosario Carrillo Gómez, lucha por sacarlo de la inmundicia y librarlo de los inhumanos castigos físicos y psicológicos que los encargados del Penal promueven contra los internos, sobre todo contra aquellos que como Jesús, no tienen la capacidad para defenderse.

Asegura en el interior ha recibido todo tipo de castigos que van desde torturas en los genitales, hasta violencia psicológica y “medica”, pues no se han interesado en conocer el expediente médico de su hermano para darle seguimiento a su tratamiento, dejándolo extremadamente vulnerable a una crisis de salud.

En entrevista con Ecos de Rosarito, narró que la historia de terror que vive su hermano comenzó el 3 de diciembre del 2019, cuando en un descuido, su hermano se les salió de su casa en la colonia Reforma.

Hasta entonces lo tenían vigilado y suministrándole sus medicinas para mantenerlo controlado, principalmente el carbonato de litio, que requiere mucha observación medica debido a que contiene una sustancia que afecta la sangre y hace necesaria la diálisis.

Después de buscarlo todo el día, al día siguiente María del Rosarito se enteró que su hermano había estado en las celdas de la Policía Municipal, luego de que en medio de su crisis de esquizofrenia él mismo pidió a una patrulla que lo trasladara a un lugar con “techo”.

A las 12 del día siguiente lo dejaron salir y al caminar por el bulevar Benito Juárez en la zona centro, vio a una joven de 17 años de edad que esperaba el transporte y probablemente por instinto intentó tocarla poniéndole sus manos en los genitales, pero esta reaccionó y lo evitó, acercándose en ese momento un hombre que sin pensarlo y dejándose llevar por la escena sin saber que era un enfermo, le dio dos golpes en la cara que lo derribaron.

Luego llegaron policías municipales quienes lo sometieron a golpes y lo llevaron detenido.

Posteriormente lo turnaron a la Fiscalía Regional, antes PGJE, donde según la hermana, los agentes “ministeriales” continuaron torturándolo.

“Cuando les pedí que no lo golpearan porque estaba enfermo, y les mostré la foto donde lo teníamos encadenado de los pies, por su enfermedad, empezaron a golpearlo. Lo dejaron sin poder caminar”, dijo llorando la hermana.

Como parte de la tortura, le chorrearon agua a presión y le pegaron puñetazos en el estómago, haciéndolo caer y perder el conocimiento.

Para el día 6 de diciembre, tuvo lugar la audiencia en la que por razones inexplicables, le fue prohibida la entrada a la hermana, que porque la sala estaba muy pequeña y no cabía.

Sin embargo, ese día pudo ver que su hermano llegó con lesiones provocadas por golpes y caídas, probablemente por eso mismo no le permitieron verlo.

Finalmente, el Juez de Control resolvió vincular a proceso al acusado  y le impuso como medida cautelar la prisión preventiva, enviándolo al Centro de Reinserción Social en Tijuana.

Allá continuó la tortura para Jorge, promovida según la hermana, por un Comandante llamado Camilo, quien con el apoyo de otros encargados, le impusieron castigos severos.

“Lo ataron de las manos y los pies con grilletes, y le enterraron un taquete en su pene…le hicieron muchas cosas feas. De que se le pasaron los días de castigo al Comandante, hasta se le estaban pudriendo los talones. Lo tuvieron que mandar al Hospital General de Tijuana porque estaba muy mal. Y no lo estaban atendiendo de su enfermedad. Se estaba poniendo peor con tanto castigo”, sostuvo la hermana.

Desesperada por los abusos y la tortura que sufre su hermano, solo por intentar tocar a una joven que ahora se luce en redes sociales vanagloriando la vida de los narco juniors, apeló a la sensibilidad de los funcionarios encargados de la aplicación de la justicia, para que reconozcan a su hermano como un enfermo y no como un violador.