Jubilados de PEMEX demandaron atención médica digna.
Por Juan Pablo Sebastián
Tras expresar su inconformidad con el pésimo servicio médico que reciben en el hospital Bonanova, jubilados de PEMEX de la Sección 40 Delegación 21, demandaron al gobierno federal dotarles de atención médica digna, como lo estipula el contrato colectivo de trabajo.
Antes de ser trasferidos al hospital Bonanova, los derechohabientes y sus familias recibían atención médica en el hospital Guadalajara de Tijuana, que a dicho de los denunciantes, posee un equipo médico y personal mucho más eficiente y con especialistas altamente capacitados.
A partir de enero del presente año, PEMEX prescindió de los servicios del hospital Guadalajara y celebró un nuevo contrato subrogado con el hospital Bonanova de Rosarito.
Con este nuevo proveedor médico, el servicio médico para los derechohabientes decayó severamente, pues el hospital Bonanova no tiene la capacidad ni el equipo necesario para brindar una atención médica de calidad a los más de 1500 derechohabientes de Rosarito y Tijuana, 300 de los cuales son jubilados.
Con solo cuatro camas disponibles, los espacios están supeditados a la gravedad de los pacientes, lo mismo que los médicos especialistas, cirugías e incluso medicamentos.
Algunos pacientes aseguraron estar gastando de su bolsillo 2000 pesos mensuales en medicinas que el hospital no les brinda, sobre todo aquellos que sufren enfermedades crónicas degenerativas.
Agregaron que el hospital presenta muchas deficiencias en equipo, atención e incluso cirugías, pues a falta de quirófanos suficientes y cirujanos especialistas, muchos pacientes son enviados a otras unidades hospitalarias del sur del país para ser operados.
Aunado a ello, los pacientes sufren por lo que consideraron una conducta intolerante y negligente de la coordinadora de servicios médicos de PEMEX Ana Sofía “N”, quien les retrasa los estudios y cirugías, aun cuando son debidamente solicitadas por los médicos especialistas.
Algunas de estas cirugías han sido de tal gravedad, que los pacientes están vivos gracias a que lograron apresurar por gestión propia las fechas de cirugía.
Al parecer, estos cambios en los servicios médicos son parte del plan de austeridad implementado por el gobierno federal, a costa de la salud de los derechohabientes.
Los demandantes pidieron al gobierno federal al menos otro proveedor médico para complementar el servicio al que tienen derecho, pero que sea de mejor nivel que el hospital Bonanova, para que se puedan atender dignamente a los pacientes de Rosarito y sus familias.
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